martes, 9 de diciembre de 2008

Jockey

El caballo rojo del rancho era el animal más manso que pudieras encontrar, y no era por nada, tambien era el mas viejo, por lo que debia tener mas de 100,000 Km.


Le facinaba comer maíz asi que siempre podías acercarte a él mazorca en mano, hasta podías montarlo mientras comía, así sin montura ni más.


Aquel día decubri que jamás sería jockey ni nada por el estilo, pues la velocidad de aquel viejo animal haría que tuviera un encuentro fuerte con la adrenalina y el miedo a partirme todita la madre.


Era el paseo tipico a caballo, mirando pastar al ganado y sintiendo el viento en la cara, un grupo de caballos más jóvenes se paseaban fanfaroneando de andar libre sin un chango montado en su espalda. De pronto al acercarme a ellos, emprendieron la carrera, casi casi como aquellos extintos comerciales de marlboro.
Aquel viejo animal en cuya espalda iba montado, ha de haber sentido que era un potrillo aún, y sin esperar ordenes del jinete emprendio la persecución de forma repentina, de forma casi inmediata perdi la postura, aquel galopar me habia tomado por sorpresa y el panico empezaba a hacer de las suyas, no se piensa, no se reza, no se grita, solo se siente que te va a llevar la chingada.
La rienda era inutil estando en mis manos, pues mi cuerpo estaba hechado hacia adelante y me aferraba a la clin del animal, de pronto un giro repentino, me hizo irme de lado, habia perdido el estribo derecho y el izquierdo se resbalaba con el galopar y la postura incorrecta, mire al suelo, y anticipando lo que pasaría implore al unico ser que podia ayudar al mocoso de 6 años que era, si lo implore con todas mis fuerzas, grite: "MAMAAAAÁ", sin darme cuenta que aquel grito no solo sonaba tan marica sino que mi madre era completamente ajena el putazo que estaba a punto de darme.
De pronto una mano sostuvo mi brazo, y me empujo hacia la posicion correcta, cuando alce la mirada, reaccione ante aquel grito: "Jala las riendas pendejo!". Pero no podia, era presa del pánico, y tuvo que ser mi hermano quien ahora galopaba a mi lado el que detuviera a aquel animal sobre el que iba montado.

La acción se detuvo, ya no lo mire, pues mis ojos estaban llenos de lagrimas, y aquel nudo en la gargante cortaba cualquier sonido que quisiera emitir.
-Ya no chille, y no vuelvas a perseguir a los otros caballos.
Yo asentí pues él no se habia dado cuenta que todo habia sido un accidente y en medio de todo, yo habia ido tras aquellos caballos sin pensarlo dos veces. Si como no.

3 comentarios:

Eo dijo...

esas cosas solo dejacelas al gosht raider, no es cosa de niños... pero jajajaja pagaría por ver ese momento

Levan dijo...

ja, pinche ojete si me acuerdo muy bien, del pinche panico, ni el superman de six flags te hace sentir lo mismo

Eo dijo...

ah weno, mas o menos entiendo la intensidad, pero del superman prefiero el chaos (el que te hace girar horizontal y vertical al mismo tiempo y al final cuando crees que todo termina vales madre jajaja)