domingo, 26 de abril de 2009

Pandemias

Nadie sabia de donde llego, ni como curarlo, ni como evitarlo, dejaba muerte y desolación, poblados completos vacíos, todo paralizado, hasta los más fuertes cedían ante la brutal fiebre, los intensos mareos y la fatiga extrema sin nada que hacer más que esperar la muerte.

Ya no había llanto, ni flores, ni ataúdes ni tumbas, solo zanjas y cuerpos apelmazados uno sobre otro, cruces de cal en la puerta, la carreta paraba, subían el cuerpo, sin voces, sin gestos más que el de miradas perdidas, otro más y otro, la puerta dejada abierta, ya no quedaba nadie, sólo el velo de muerte en aquella casa.

era 1918, era mi abuelo tan solo un niño y le llamaban gripe española.

2 comentarios:

Eo dijo...

si la historia se repite, le decían gripe española pero en realidad vino de estados unidos ¬¬

ya me imagino porque

Susy dijo...

Oie Niño eso de cuerpos apelmazados, cruces de cal en la puerta y las carretas pasando a las casas por los cuerpos me recuerda a un frágmento del libro "La Catedral del Mar" donde muere María, te acuerdas?